¿Es acaso el destello del corazón…?
¿Es acaso esa chispa que habita en el pecho…?
¿Será acaso ese fuego inmortal que quema por dentro
quien dirige la vida del hombre…?
Esa llama que se extiende
desde el centro del pecho hacia todo el cuerpo…
Ese fuego que consume por dentro
y que no deja descansar en paz
sino nos dejamos llevar…
Esa voraz llama reclama saber,
reclama conocer,
reclama aprender la verdad…
Ese pequeño destello,
esa llama como de vela
que el mundo entero quiere apagar…
Ese fuego que a pesar de ser ahogado
vuelve a estallar en el pecho…
Vuelve a encender la vida…
es la vida…
y reclama la vida…
Pide y exige todo de ella…
no deja estar en paz,
no deja recostar la cabeza en ningún lado…
no deja descansar…
Desde un eco en el pecho se escucha,
“la vida es corta y todo en ella circunstancial”…
Y es verdad…
Esta llama mueve incluso en medio del dolor
y cuando se logra comprender la causa de este
el mismo desaparece
y solo queda el substrato del aprendizaje,
del mensaje…
y entonces la llama crece,
el fuego se aviva en el pecho
y la vida misma regresa…
Ahí el tiempo se extiende y parece eterno…
y todo alrededor nuestro se vuelve circunstancial.
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