miércoles, 25 de julio de 2012

La taza de café


El otro día hablando con una persona le dije que uno no necesita internarse en un monasterio para comprender las cosas del espíritu. Si uno lo ansia lo suficiente aprenderá de cualquier cosa cotidiana e incluso mundana los secretos del espíritu porque todo esta impregnado del él.

Trato de vivir mi vida de esta forma, buscando comprender todo lo que puedo, encontrando el sentido a todo lo que existe a mí alrededor y aprendiendo incluso de las pequeñas cosas que me rodean.

Hoy pude comprobar de un modo especial esta forma de vivir, hoy mi maestra fue una taza de café. Luego de tenerla en mi mano camine de regreso a mi oficina por el pasillo. Nunca fui bueno para mantener el equilibrio de las cosas con liquido, me hubiese muerto de hambre como mozo, por ende concentre mi completa atención en mantener la taza con el menor movimiento posible. Por extraño que pareciera mientras mas esfuerzo ponía en ello más se movía el líquido dentro de la taza al punto de estar por desbordar y yo en consecuencia más lento caminaba. Por unos segundos comencé en un tironeo interno entre caminar mas rápido o lograr mantener el liquido dentro de la taza. Luego recordé unas palabras que me había dicho un mozo hacia un tiempo, “mientras mas te concentras en la taza peor es, camina sin mirar la taza y vas a ver como no derramas liquido”. Acto seguido puse a prueba esto y comprobé instantáneamente que el mozo tenia razón. Mi temor y curiosidad me llevaban a mirar la taza de reojo y vi así que realmente el líquido se movía menos que antes cuando yo ponía en ella toda mi atención. Comprendí ahí lo que sucedía, mientras yo miraba fijamente la taza y su contenido buscaba mantener en el mismo punto a ambos, que todo este fijo, que todo este quieto y por ende buscaba con mi vista fijar la taza cosa que lograba y al hacerlo el liquido mas se movía, porque en realidad el resto de mi ser al caminar era lo que se movía, todo se movía, menos la taza en relación a mi vista. Entonces comprendí que cuando hacia como me había sugerido el mozo y no observaba la taza mi mano sola compensaba el movimiento de mis pasos en relación al peso de la taza mas el liquido y por ende este se movía dentro de la misma, pero mucho menos de lo que lo hacia cuando yo buscaba dejar quieta la taza. Por ende al permitirle un pequeño movimiento, el movimiento del líquido se reducía. Entonces entendí que esto mismo era lo que me sucedía con mi interior, cuando me enfocaba en mantener el statu quo, el control de mi ser, todo parecía agitarse por dentro, todo se movía mas, pero si observaba el problema de reojo este simplemente se equilibraba solo, mi propio ser encontraba el equilibrio mas fácilmente si yo le daba cierta libertad de acción, si yo simplemente soltaba algo del control que pretendía tener.

Es por esto que, como dije antes, hoy mi maestra fue una taza de café.

1 comentario:

  1. hermoso!!! es verdad, perder el control de nuestro interior!!! gracias, me encantó!!!!

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