Fui arrojado con la violencia de las mareas
hacia mi interior; no tuve elección.
Y allí descubrí reinos inexplorados donde
dragones habitaban y guerreros nacieron.
He observado allí lo que otros
solo creen ver en sus pesadillas.
Cuentos y sueños, horrores y deseos
surgieron en el proceso y hasta el miedo
a la muerte perdí en semejante viaje.
De tal manera que hoy hasta la llamo,
no, más bien la considero mi amiga.
Es ella quien posee la llave de la puerta final,
del último viaje.
Pero lo se, muy dentro de mi lo se,
que esta vida, con todo lo que ha implicado,
solo ha sido el comienzo, la primera etapa
de mi verdadero viaje donde surcare los cielos,
donde danzare sobre estrellas
de aquí hasta la eternidad.
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