lunes, 24 de octubre de 2011

Locura de amor


Cuando se clavo una espina en mi corazón
este sangro.
¡Cuanto me dolió,
sentí que se me partía en dos!
Mi mente se obnubilo
y no podía pensar en nada más que en el dolor.
Mi corazón se cerró,
quiso protegerse del daño que le habían causado.
Pero el veneno ya estaba implantado
y la herida no cicatrizo,
sino que por el contrario se agrando.
Fue allí cuando vi que ese dolor
que sufría mi corazón era menor en comparación
al que yo le había causado a mi Dios.
Cuantas veces yo había dañado su corazón
al rechazar su amor.
Al no entender su compasión
y su entrega sin medida, ni razón.
Él se había dado simplemente por amor.
Por ese fuego,
por esa pasión que abrazaba su corazón
y que lo hacia ir mas allá del dolor.
Que locura de amor había cometido mi Dios
que había venido a buscar a todos,
incluso a mi pequeño corazón.

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